Santiago, jueves 3 de Octubre de 2013.-
Hoy se cumplen cuatro años de vigencia de una ley que en vez de ser de "protección animal", en los hechos, ha sido una ley de protección -y fomento- de la industria cárnica, pues el verdadero rol de ésta ley 20.380 (y los reglamentos dictados a su alero) ha sido validar a Chile en el mercado mundial, el cual exige a los países que deseen exportar carne contar con una ley de protección animal que asegure una competencia en igualdad de condiciones con los productores de los países de la OCDE. Pero, esta ley, hasta en eso ha sido un fracaso pues no ha creado una institucionalidad pro activa en el respeto a los animales, es cosa de ver la crueldad con que son tratados los cientos de miles de cerdos en las mega plantas de AGROSUPER en Freirina cuyos permisos sanitarios se comenzaron a tramitar y autorizar a pocos meses de promulgada la ley de protección animal; la inmundicia y confinamiento extremo en que son mantenidas las aves en avícolas del norte de Chile, escondidas en medio del desierto; los miles de pequeños animales que exporta el ISP para centros de experimentación sin que exista fiscalización alguna respecto de esta "exportación no tradicional".
Esta ley es tan suis géneris que hasta los circos con animales la usan a su favor alegando que cumplen con el art.5º que los valida como tales. Por nuestra parte, ante casos de maltrato animal nos seguimos aferramos con dientes y muelas al artículo 291 BIS del Código Penal (vigente en Chile desde el año 1989). Y qué decir de las "actividades deportivas donde participen animales", cómo puede llamarse ley de protección animal si expresamente señala que ésta ley NO se aplicará a ciertas actividades que ejecuten ciertos grupos de personas cuyas normas regulatorias ellos mismos se dictarán (ejemplo: el rodeo).
No puedo menos que concluir que, intencionadamente o no, ésta ley lejos de proteger a los más débiles de entre los débiles, favorece básicamente a los poderosos. La actual Ley 20.380 no es siquiera un pálido reflejo de la ley con que soñara don Godofredo Stutzin (1917-2010), precursor de los derechos animales en Chile y amante de la naturaleza, abogado de reconocida trayectoria en derecho medioambiental y fundador de CODEFF.
Sólo finalizar esta anti-alabanza a la Ley de Protección (a la explotación) Animal rindiendo homenaje a todas aquellas personas que, con su ejemplo, resisten al sistema, no se dejan abatir por el Leviatán y hacen la diferencia donde quiera que se encuentren, demostrando que existe una dignidad inherente a todos los seres sintientes, humanos y no humanos.
Florencia Trujillo A.
Ecópolis Disciplinas Integradas